Aunque Aristóteles se empeñara
en afirmar que la única verdad
es la realidad, el mundo mediático de nuestros días demuestra lo contrario.
Lo que me motiva a hacer dicho recorte son los títulos de los periódicos y su
afán de modificar los hechos, modificando también la forma en la que se los
transmite. Por ejemplo, la derecha en los últimos días, de manera bastante
subrepticia, ha iniciado una propaganda excesiva y encubierta, a la
manifestación cacerolera a
realizarse el día 8 de noviembre (popularmente conocida con las siglas 8N).
Empecemos refiriéndonos a nuestro querido amigo Jorge Fontevecchia,
quien el viernes 26 de octubre del presente año, a las 10:09 de la mañana,
firma una nota titulada precisamente 8N.
Allí la preocupación ronda la ausencia de líderes opositores que puedan
canalizar la furia del pueblo, dando por sentado que esta marcha será aún más
grande que la del 2001, la cual terminó con la renuncia del radical Fernando de
La Rúa. "Dentro de dos jueves habrá mucha
gente protestando. Probablemente, más que en todas las otras movilizaciones
anti K y más que nunca
antes contra ningún otro gobierno. Pero quienes participarán no se sienten
motivados por ningún candidato de la oposición.". El artículo versa sobre
quienes pueden llegar a absorber el desencanto opositor, fogoneando
las figuras de Macri y de Scioli, dos representantes de la incapacidad y la
manipulación. Pero cuando se está diciendo todo esto, lo que en realidad hay
escrito por debajo, con un meta lenguaje que los periodistas suelen
utilizar para que hagas lo que ellos te dicen, es: el foco no debería estar en
la continuidad del gobierno, eso lo damos por descartado, sino en quien va a
ser el boludo que nos permita manejarlos durante los próximos 20 años.
Ya la prensa no dice la verdad, ni siquiera de
su propio discurso como debería ser lo correcto. Vamos a lo fácil, el diario de
Bartolomé Mitre, La Nación, dedica un sector de su matituno el día lunes 29 a
los afiches del cacerolazo. Reproduzcamos algunos de ellos para ver de que
estoy hablando:
Las imágenes no son una muestra objetiva del poder de
las redes sociales en las manifestaciones populares, como nos quiere hacer
creer un periodista anónimo (ya que nadie firma esta nota), sino una
neta publicidad de los hechos a ocurrir. La lectura es la siguiente: por si no vieron las páginas donde
se difunde el evento, les damos una mano a los organizadores y posibilitamos
que vaya toda la gente que pueda, así el artículo de nuestros amigos de Perfil
cumple con sus objetivos. Vemos
con claridad una unidad sombría entre los medios en cuestión.
NO seamos necios, la idea que
circula en el Partido
Mediático Opositor, es que el 8N tenga suficiente fuerza como para asustar
a la presidente. Decirles,
miré señora, nosotros desde nuestro sector podemos voltearla si queremos así no
se haga la loca con esto de la ley de medios. Si nos lo proponemos el 7D no
existe, porque ni siquiera va a existir usted. Tenga cuidado. Es alarmante la forma en la que
planean un golpe de estado, y dejarlo como una obviedad, como algo que el
pueblo no debe evitar por el bien de su futuro.
Esta gente existe en todas partes del mundo, los une el interes por mantener sus privilegios a cualquier precio, son capaces de derramar cuanta sangre sea necesaria con tal poder sentirse superiores, dan lastima, estan enfermos, creen que eso es tener poder, son impotentes espirituales.
ResponderEliminarMuy bueno Damian, aguante la ley de medios, y aguante Cristina!